
(kubelick dice)
00.45 a. m.
Champán. Un brindis: "porque hace tiempo decidí que, aunque no tuviese un duro, si me apetecía, no dejaría de salir a cenar un sábado por la noche" (risas)
22.45 p. m.
"Ajedrez de croquetas, risotto de hongos y foie, pastel de berenjena y lomo con manzana"
23.03 p. m.
"Las blancas son de pollo y las negras de tinta de calamar. Perfectamente redondas, sabrosas y bien fritas"
00.11 p. m.
"No tenemos quitamanchas. Lo siento" "No pasa nada (Me encojo de hombros. Sonrío) solo huelo un poco a taberna"
23.55 p. m.
"El lomo... lo de siempre, carne de baja calidad con una salsa de toque dulce. Un día de estos la carne será buena y no necesitará acompañamiento..."
23: 14
"Empacha un poco el pastel...” “Qué ganas de protestar; eso el huevo y la mantequilla. Está suave y cuajado en condiciones. Eso sí, la berenjena está ausente. Del todo”

“¡El vino! ¡Ay, lo siento! ¡Lo siento!” “¡El pantalón!” “¡Ay va!... ¡Toda la pierna! Bien mojadita…”

23. 26 p. m.
“El arroz está duro” “Pero está buenísimo de sabor” “Tanto como buenísimo…” “A mi me encanta...” “A mi también” “En fin…”
00: 32 a. m.
“¿Queréis una copa de champán? Invita la casa” “¡Claro!” Se aleja a coger la botella “¿Esto es por lo del pantalón?” “¡Qué va! Invitan a todo el mundo. Mira” Efectivamente, en varias mesas están tomando champán. “Aún queda un poco de vino en el mantelito… Está goteando…” “Dale con la servilleta…”
01.05 a. m.
(Con la boca pequeña. Sonriendo)“¿Nos traes la cuenta, por favor?”

Epílogo:
Unos noventa euros. Ya ves. Y toda la noche con el recuerdo del vino pegado en el pantalón: la mancha y el olor. La comida estaba buena y los camareros eran simpáticos. Pero no voy a volver. ¿Hace falta que diga por qué?
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