El Venero





Cómo llegar
Teléfono: 924232194

La cuenta, por favor



Una chica rubia se baja de un coche muy caro, un Audi o un BMV, pongamos por caso. Viste unos briches color beige, un chaquetón Barbour verde y unos botos marrón oscuro. Se ajusta el pañuelo de El Caballo que lleva anudado al cuello y se coloca para protegerse del sol las gafas último modelo (Channel, Dolce&Gabanna, cualquiera con un logo lo suficientemente grande como para que se vea a través de las mechas) que sujetan a modo de diadema su perfecto marcado de peluquería. Deja la posmoderna montura aparcada en doble fila y echa a correr, dando saltitos. La veo desde una de las mesas pegadas a la cristalera de El Venero que dan al Puente Nuevo y sonrío. Como tantas otras imágenes inmutables de Badajoz, me encanta esta rubia pija, idéntica a su madre y a su abuela, tan auténtica y badajocense como la Torre de Espantaperros o el desayuno ejemplar que tengo delante.

Siempre pido lo mismo: una tostada entera de cachuela, un café con leche y un zumo de naranja grande, en vaso de tubo. Los mejores recuerdos que tengo de El Venero están, además, mezclados con alcohol. De pequeña, si tenían que sacarme sangre para unos análisis, mi padre me traía para reponer fuerzas a esta mítica cafetería. Me contaba la enésima historia del antiguo Hospital Provincial y yo le escuchaba feliz, medio colocada por el madrugón y los efluvios etílicos que emanaban del algodón cada vez más duro y más frío, con el esparadrapo enganchado a los pelillos del antebrazo y con el estómago vacío, que anhelaba el hígado de cerdo con esa vehemencia que tienen las ilusiones infantiles. Más tarde en la vida, como toda pacense de pro, cumplí el rito de paso de tomarme aquí el desayuno con el regusto dulce aún en la boca del whisky con Cocacola. Recuerdo esas ganas de seguir cuando ya te han cerrado la última discoteca y reír a carcajadas recordando las mejores anécdotas de la noche alrededor de estas mismas mesas de madera. El olor del ajo de las migas mezclado con el del café con leche; nuestra algarabía femenina atiplando el tono del local, marcado por los vozarrones pausados de los cazadores que liquidan la cuenta cuando aún no se ha hecho de día. Y en el rincón del local, una pareja que lleva estirando el tiempo toda la noche sin parar de hablar. Aún no se han besado, se nota, están nerviosos; él se levanta galante a recoger los cafés en la barra y ella encoge los hombros y junta las manos en el regazo y se estremece y achina los ojos al notar que el sol ha empezado a aliviar las sombras de la calle. Ellos, como tantos otros antes y tantos después, terminarán de ratificar el amanecer caminando por una Avenida Santa Marina que ese día se les hará mucho más corta que de costumbre. 




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Kulto al plato





Teléfono: 917585946


Descubrí Kulto al plato un viernes de Octubre que me junté con Felicis para contarnos la vida. Hacía esa temperatura de entretiempo perfecta para estar fuera y la terraza de este sitio recibe al mediodía todo el sol del mundo. Por los diecinueve euros que cuesta el menú nos dimos un comilón de mucho nivel. Riquísimos platos, abundantes y bonitos. El camarero, además, era un bellezón de cuidado, así que, con la luz maravillosa rebotando en nuestras copas de vino blanco, en la misma esquina de Princesa con Serrano Jover nos sentíamos como como dos gueststars en un capítulo de Gossip Girl

Anteayer cuando quedé para comer con Zomasosborn no lo dudé, era el emplazamiento perfecto para disfrutar yo de del solecito primaveral de estos días y él de sus cigarrillos. Mi gozo en un pozo, vaya por Dios. Con la excusa de que “son pocos camareros para servir todos los platos correctamente en la terraza” ya sólo puedes tomar el menú dentro del local. Pero ojo, sí puedes comer a la carta. Una carta cuyos platos tienen un precio medio de quince euretes, que no es ninguna tontería. Así que si eres fumador y no quieres estar saliendo a dar unas caladas, te toca rascarte el bolsillo. Entiendo que no es más que una estrategia comercial (¿hábil? Ya veremos, eran las tres de la tarde y tenían los veladores desiertos) para aprovechar el reclamo incondicional de espacios abiertos provocado por la ley antitabaco, pero a mí solo me parece un detalle muy muy feo. 

Actualizado el 22 de mayo de 2012

La crisis ha devuelto el menú del día a la terraza del Kulto al plato, con un incremento de tres euros sobre los diecinueve originales; en sala sigue costando lo mismo y se puede, además, tomar el plato del día por sólo doce. A elegir, bebida incluida, entre tres primeros, tres segundos y tres postres. Huevo termal con salsa de foie, ensalada de bakalao con cítricos y patata rota, merluza en pesto, raciones justas, riquísimas y muy bien preparadas. Comilones abstenerse. 

In Situ




 

Cómo llegar
Teléfono: 915226845

Me gusta mucho In Situ. Me gusta la comida, muy cuidada, con unos acompañamientos para carnes y pescados originales y sustanciosos (maravillosos el puré trufado y la coca de boniato); me gusta el local, estilo Soho neoyorkino noventero, como un trastero rehabilitado, con las paredes desconchadas y las sillas y las mesas desparejadas; y me gusta, además, la gente que lo lleva.

Se lo recomendé a José Antonio Pastor, autor junto con Marco Besas del libro “De Madrid al infierno”, que no es un resumen de la temporada del Atlético de Madrid sino una divertida guía de crímenes perpetrados en la capital que puedes encontrar en los mostradores de todas las tiendas (y si no puedes, encárgalo al dependiente de turno, no te arrepentirás).

Después de pasar por In Situ, José me mandó un mail contándole cómo le había ido:

(Paxtor dice)

Lo primero que me ocurrió fue curioso: llamé para la reserva, es un contestador que te dice que llamará de vuelta para confirmarte etc. Aquí se produjo la primera curiosidad, había llamado a las 16h y me pareció lógico que no hubiera nadie, pero cuando son las 20h y te siguen sin llamar para una cena a las 21... Así que fui hasta allí, a las 20:30. Había una persona dentro aunque realmente estaba cerrado. Pese a todo me atendió, le expliqué lo ocurrido y me dijo que "acababan de llegar". Eso no me parece normal... ¿Piensan avisarte 20 minutos antes de que la reserva está bien?
La cena agradable, la comida rica, el atún muy bueno, la lasaña de verduras fina fina, la hamburguesa, los crepes con dulce de leche debían estar fabulosos, pero no los probé… todo bien. Atención atenta sin ser atosigante, el pan variado pero pelín seco, quizá hacía un poco de fresquete en el local, una amiga nuestra no se quitó el abrigo, cosa que también de su parte me pareció exagerada... Supongo que la temperatura era fruto de llegar a las 20:30 los encargados del local y entiendo que encender la calefacción en ese momento.