Red Lobster





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Teléfono: +12127306706


La cuenta, por favor


Esta es una imagen de la primera vez que fui a Nueva York.


Esa langosta de plástico promocionaba la cadena de restaurantes Red Lobster y debía seguir la misma ruta que los autobuses de turistas porque, allá donde fuéramos, el marisco sobre ruedas aparecía. Era el año 2000, yo no tenía ni un duro para gastar y comer era secundario. Por culpa de @arenasllop, mi camarada en aquel viaje iniciático, asocié durante años la imagen del crustáceo a “los mariscos de Sam Woo” por los que Woody Allen decía que merecía la pena vivir.

¡Qué mal comimos entonces! Qué reparo nos daba sentarnos en cualquier sitio y hacer el paleto: leer los precios de forma incorrecta, pedir demasiado, no calcular bien la propina y acabar fregando los platos… Como Mark y Joana en “Dos en la carretera”, terminábamos colando chucherías de extranjis en la habitación del hotel para calmar el ruido de nuestras tripas.

En siguientes visitas a Manhattan, siempre que pasaba por Times Square, tenía un reflejo pavloviano total cuando veía el enorme cangrejo colgado de la fachada del restaurante: empezaba a salivar convencida de que la langosta era el plato más apetecible del mundo. Claro que me daba reparo su condición de monstruo atrapa guiris, pero un día, sin meditarlo mucho, me lancé: iba a zamparme una suculenta langosta en el Red Lobster. Ahora ya tenía margen de crédito en la tarjeta y nadie me pondría la cara colorada si la cuenta se iba de las manos. 

Lobsterita!
No esperaba marisco de calidad. Esperaba la versión americana del marisco, algo muy grande, con rebozados y salsas: plástico adornado pero plástico sabroso. La cosa se quedó en plástico sin más. La famosa melted butter con la que acompañan todos los platos no es un aderezo de mantequilla, es grasa sin sabor y no le hace ningún apaño a un animalito que, si estuvo vivo en Maine en algún momento, fue encerrado en un vivero. Sin embargo, y a pesar de que aún recuerdo esa carne insulsa y enguachinada como uno de los grandes bajones culinarios de mi vida, la visita mereció la pena por un motivo: la lobsterita, o lo que es lo mismo, una pinta de margarita de fresa servida en copa, que me emborrachó lo suficiente como para no tomarme demasiado en serio el dispendio.

Five Front




Teléfono: +17186255559


Discreto restaurante, muy cerca del puente de Brooklyn. Perfecto para cenar después de haber visto la caída del sol paseando hasta la orilla derecha del East River. El patio trasero es precioso, un backyard  lleno de plantas y flores forrado con cañas de bambú; el entorno ideal para una noche de verano. La carta es sencilla y tiene postres ricos.

Para ver una galería de fotos del Five front de la New York Magazine PINCHA AQUÍ



Ostería dell' Orsa





Teléfono: +39051231576



Ruidosa casa de comidas atestada de estudiantes que en las noches de fin de semana hacen cola a la intemperie para conseguir un hueco en uno de los rústicos bancos de madera del comedor. Tiene una carta amplia y un menú del día asequible, todo a base de platos tradicionales del norte de Italia: pastas, “bisteccas” y mortadela. Los tagliatelle al ragu de la foto estaban tan al dente y  jugosos como parece.  

Lo que aquí llamamos salsa boloñesa allí lo denominan “al ragu”

Taberna del Postiglione





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Teléfono: +39051263052


La cuenta, por favor







Atelier Belge






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Teléfono: 915597503


La cuenta, por favor


Cual Hércules Poirot de la hostelería, al Atelier Belge podrían confundirlo con un restaurante francés si no fuera porque lleva el gentilicio en el título. Más allá de los moules- frites, estos centroeuropeos no tienen especialidades culinarias representativas del país y, de todas las influencias internacionales de las que se nutren para componer sus platos, la que más pesa es la gabacha. Esto no resta ni un poco de calidad a un restaurante que, si bien es pretenciosillo, ofrece una carta completa, muy cuidada y buen servicio.

El local es muy bonito, forrado en piedra con revestimientos en madera y con un ventanuco que da directamente a la diminuta cocina, donde el chef se afana en componer sus deliciosas propuestas. Supremos la raya a la mantequilla negra y el steak tartar acompañado de un cucurucho de patatas fritas. Conviene compartir los entrantes ya que las raciones son generosas. La vichyssoise es académica y los tomates rellenos de quisquillas suponen una alternativa diferente y fresquita. Fue un acierto rotundo seguir las indicaciones del jefe de comedor y acompañar la comida con un surtido de cervezas. 


Sidrería Donosti





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Teléfono: 915401976


La cuenta, por favor






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Entre Suspiro y Suspiro






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Teléfono: 915420644


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(Actualizado el 30 octubre de 2011)

Algunas cosas han cambiado desde la última vez que fui a Entre suspiro y suspiro. Al salón le han subido las luces: esto reduce el nivel de intimidad, seguro, pero yo lo agradezco porque si hay algo que odio es comer a tientas. Se confirma, por otra parte, y esto sí me fastidia, que han dejado para siempre de hacer aquellas maravillosas margaritas servidas en grandes copas lacradas, tan pesadas que una tenía que cogerlas con las dos manos. Mucho menos generosas y pintonas, de un tiempo a esta parte te las traen en un recipiente de cóctel más académico. Lo que sigue incólume es la calidad de los platos. El Pato Zempoala y el picantito Pollo al mole exquisitos, como siempre. Probé por primera vez el Manchamanteles, una especie de Ropa vieja cubana (hebras de carne en salsa) mezclada con trocitos de piña y acompañada de rodajas de plátano frito. Ricardo y Gonçalo habían llegado tardísimo de Lisboa y ya no quedaba ni rastro de guacamole en la cocina, ese sedoso guacamole tan distinto a cualquier otro que hayas probado en tu taquería habitual. En su lugar pedimos las Estrellas marineras, curiosamente adornadas con puré de frijoles, y unas Tortillas de ceviche sinaloense (en honor a los cuates del narcocorrido de Breaking bad: sí, soy así de limitada, no conozco nada más en ese estado) muy jugoso, con un puntito dulce y con el cilantro perfectamente enmascarado en la vinagreta.


Las fotos son de una visita anterior, cuando las mesas aún estaban en penumbra. Mi proverbial inutilidad como fotógrafa más la pobreza de resultados de las capturas con una Blackberry sin flash, hace que las imágenes desmerezcan del todo a la realidad :-(
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Robongi





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Teléfono: +12012228388


Dicen que Robongi sirve el mejor sushi de Hoboken. No sé cómo será el resto, es el único que he tomado en esta pequeña ciudad al oeste de Mahattan pero me pareció superior. Hacen, además, un maki spiciy tuna delicioso, con un toque crujiente y un ligerísimo aroma de wasabi. Los precios de sus cajas “surtidas” son ajustadísimos y el local, lejos del típico japo- fashion, parece un bar de pescadores, oscuro y destartalado, con una decoración anárquica que te trasmite buen rollo de inmediato. Siempre está de bote en bote y las mesas aprovechan hasta el último rincón.
Nos sentamos al fondo, en la barra, frente a los cocineros que cortan el pescado a toda velocidad y enrollan las algas nori con pericia de cirujano. No tienen licencia para despachar bebidas alcohólicas aunque sí puedes beber lo que tú traigas, como en un merendero antiguo y entrañable. Si te apetece acompañar el pescado con un vinito o un sixpack de cervezas puedes traerlas de casa o acercarte a cualquier tienda aledaña.


Para llegar a Hoboken desde Manhattan:

Estación de autobuses Port Authority 
625 8th Avenue, New York 

Autobús 126 (a todas horas)
Acceso por la Puerta 204 y por la Puerta 323 después de las 22h.


Lempika





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Teléfono: 915416282

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Restaurante libanés a tres minutos de la Plaza de España. Una opción estupenda de
comida distinta a buen precio. El local es austero pero la oferta de raciones es amplia. O sea, si buscas algo cool, no vayas. Si lo que quieres es probar cómo es la dieta Mediterránea en la otra orilla, éste es el lugar.







La Fromagerie Normande







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Teléfono: 915420146


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A menudo, los adjetivos "pretencioso" y "francés" aparecen asociados en la misma frase. A La Fromagerie Normande se le ajustan los dos, juntos y por separado, en las más negativa de sus acepciones. El servicio es borde, la comida cara y no tienen vinos de la tierra (francesa, se entiende). El local, cuya llamativa fachada es un potente reclamo, es triste y decadente en su interior. No sé si llegué tarde, si este sitio tuvo noches de gloria y, acongojado por la crisis, ya no levanta cabeza. Lo que tengo claro es que, aunque cené bien, no me quedaron ganas de volver.

La Mordida





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Teléfono: 915595043
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A veces, cuando salgo del cine, tengo antojo de comer fajitas de pollo. No recuerdo si esto me sucedía antes de descubrir La Mordida que está en la Plaza de Los Cubos. La comida de este restaurante mexicano, que tiene varias sucursales dispersas por Madrid, no es excepcional, pero no sé por qué, sus simplonas fajitas siempre me apetecen. El sitio no es bonito y a menudo está lleno de pandillas de universitarios beodos ruidosísimos. Pero hacen una margarita bastante apañada y son muy pero que muy amables. 
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La Cávea






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Teléfono: 957484532


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La casa de'l Arròs





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Teléfono: 965781047


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El Padre






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Teléfono: 914484016


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Les Drassanes






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Teléfono: 965781118


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The Cupping Room Cafe






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Teléfono: +12129252898


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(Actualizado el 12 de noviembre de 2011)

The Cupping Room Cafe resume la esencia del Soho: una mezcla de bohemia pija y excentricidad impostada que, sin embargo, sigue teniendo un enorme poder de seducción. Los muros de ladrillo visto y la decoración falsamente descuidada, lo que habitualmente llamamos “estilo neoyorkino” cuando lo vemos remedado (hasta la saciedad) en bares de Malasaña o La Latina, es el equivalente en restauración a ponerte unos vaqueros y una camiseta blanca: muy mal se tiene que dar para que no quede bien. Apostando por los clásicos, un estupendo domingo puede ser ese en el que sale el sol y vas de tienda en tienda revisando los burros con prendas rebajadas, y juegas a distinguir quién de los que ofrecen baratijas en la calle es un homeless necesitado, quién un artista en ciernes y, de entre los dos, quién será el siguiente Mapplethorpe. The Cupping Room tiene todo lo que te pueda apetecer para que el bruch sea perfecto, incluida una extensa carta de cócteles muy bien preparados. Tomarte una mimosa con el estómago vacío, mientras esperas tu ensalada de fruta y tus huevos, te garantiza una agradable modorra para el resto del día. 



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El corral del pato






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Teléfono: 965756834


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Malmequer bemmequer






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Teléfono: +351218876535


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Akasaka





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Teléfono: 915417804 | 915476039


La cuenta, por favor

Si no arriesgas, nunca descubrirás las sorpresas que esconde el restaurante chino de tu barrio. No me refiero al verdadero origen de la carne que te sirve, quién necesita más pesadillas, sino a esa receta peculiar, heredada de sus ancestros con la que nunca nos atrevemos. Yo un día decidí salir del arroz tres delicias, abandonar el pollo con almendras, decir adiós al rollito de primavera y no he tenido más que alegrías desde entonces. En Akasaka, te recomiendo los langostinos con berenjena y curry thai con un poco de arroz blanco para acompañar, y las tiras de buey crujientes. Asombrosos.   



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Kaixo





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Teléfono: 915232133


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Brasserie Harkema






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Teléfono: +3120428 2222


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Restaurante de plato cuadrado muy mono que sirve una comida respetuosa. En Amsterdam los turistas se dedican a montar en bici, fumar porros, pasear por los canales y otras actividades que implican verbos de la primera conjugación. Degustar propuestas culinarias, sin embargo, no suele ser una prioridad. Y la ciudad tampoco se tira el rollo en ese sentido, todo sea dicho. Olvidarás con facilidad todo lo que comas en la Brasserie Harkema pero pasarás un buen rato. 







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Pateo de Cascalhais






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Teléfono: +351268969140


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