
Salsifí, escorzonera, tarinetes, ¿alguien sabe de qué hablo?
El paseo desde el hotel donde nos tenían alojados, el Town Hall, hasta el lugar que habíamos elegido para cenar fue lo bastante corto como para no cansarnos pero suficiente para despejarnos la cabeza después de una intensa jornada laboral. Unos quince minutos de caminata tranquila, con las solapas subidas y las manos en los bolsillos, disfrutando del confort que proporciona un abrigo ligero en este otoño sin excesos a principios de diciembre en Londres.

Una camarera, guapa de revista, nos condujo a una mesa de madera, larga y rectangular, que compartimos con tres parroquianos: o sea, jóvenes treintañeros, profesionales liberales, arreglaos pero informales. Probé los Steamed Mussels, Bacon, Leeks, Cream & Garlic, unos mejillones preparados al estilo belga, con salsa cremosa de cebollita picada, pero sin frites, y una deliciosa tosta de sardinas braseadas. Como plato principal opté por una chuleta de cordero con guarnición de verduras: concretamente, la Barnsley Lamb Chop, Roasted Salsify & Potato, Red Chard. Nunca antes, que yo sepa, había comido salsifí; en el plato lo confundí con una zanahoria primorosamente formada y no fue hasta que le hinqué el diente que me di cuenta de que era otra cosa, menos dulce, menos sabrosa, distinta… También llamada escorzonera o tarinete, según varias páginas que he consultado tiene multitud de usos medicinales y terapéuticos, aunque su consumo no está demasiado extendido. ¿La conocéis vosotros?